El pasado 18 de abril, ya en su segundo año y afianzando así las bases de un ilusionante proyecto educativo, la Agencia Espacial Europea a través de su Oficina Europea de Recursos para la Educación Espacial en España (ESERO Spain) celebró la II Competición Regional de CanSat de Extemadura denominada «Desafío Cansat 2024» en el aeródromo «El Moral», situado en el término municipal de Hinojosa del Valle (Badajoz).

Nuevamente el IES Luis de Morales tuvo representación gracias a grupo de alumnos que consiguió obtener una de las 12 plazas para su mini satélite en uno de los dos cohetes que se lanzaron en el aeródromo.

El Desafío Cansat es una iniciativa de la Agencia Espacial Europea que desafía a estudiantes de toda Europa a construir y lanzar un mini satélite del tamaño de una lata de refresco. Un CanSat es una simulación de un satélite real, integrado dentro del volumen y la forma de una lata de refresco. El desafío para los estudiantes es adaptar todos los subsistemas principales que se encuentran en un satélite, como la energía, los sensores y un sistema de comunicación, dentro de un espacio tan reducido. Y sin olvidar el paracaídas puesto que el CanSat debe ser recuperado sano y salvo.

Cuando el CanSat está listo, se introduce en un cohete que alcanza una altitud aproximada de un kilómetro. Entonces comienza la misión del CanSat ya que durante su descenso en paracaídas se realiza un experimento científico y/o tecnológico además de lograr un aterrizaje seguro y un posterior análisis de los datos recopilados.

El equipo que ha representado al IES Luis de Morales recibe el nombre de LUMOSAT-1 y está formado por alumnos de 2º de ESO (Samuel Vinagre, Joel Cuéllar, Javier Galeano), 4º de ESO (David Molano, Ismael Álvarez) y 1º de Bachillerato (Hugo Castro). A pesar de no conocerse entre ellos previamente, han conformado un verdadero equipo desarrollando un excelente trabajo, en el que han invertido un gran número de horas de su tiempo libre ya que todo el trabajo se ha desarrollado fuera del horario escolar.

La experiencia ha sido inolvidable. Tras un buen madrugón y el correspondiente viaje en autobús, que compartimos con otros dos centros de la provincia de Cáceres, una vez puesto el pie en el hangar del aeródromo fueron obsequiados con un desayuno compuesto por chocolate y churros, lo cual vino estupendamente porque la mayoría no había desayunado todavía. Después, como es habitual, aparecen los primeros nervios porque siempre hay algo que a última hora puede fallar: una conexión eléctrica, la recepción de la antena, las cuerdas del paracaídas que se enredan… en fin, lo normal en estos casos. Mientras tanto muestran orgullosos su trabajo a todo aquel que se acerca a conocerlo, de igual manera, ellos se acercan a saludar y conocer a los demás equipos y que observar en qué consiste su trabajo pues en este evento impera un ambiente de compañerismo dado que todos son conscientes de lo mucho que ha costado llegar hasta aquí y todos desean enseñar sus ideas y conocer las de los demás para seguir aprendiendo cosas nuevas, nuevos detalles, esos que no se les habían ocurrido y de los que toman nota para intentar ponerlos en práctica la próxima vez.

Los momentos previos al lanzamiento suelen ser los más tensos. Todo empieza con el pesaje del CanSat. Éste debe cumplir con los parámetros marcados por la organización en cuanto a peso y dimensiones ya que de no hacerlo no puede ser alojado en el compartimento del cohete para evitar así cualquier posible desastre. Todos pasan la criba, aunque alguno que otro ha tenido que ser modificado, bien lijando la superficie para reducir su diámetro, bien cambiando de paracaídas porque era demasiado grande y no cabía en el compartimento designado, pero la tensión sigue latente. Una cuenta atrás como mandan los cánones aeroespaciales y el cohete sale despedido alcanzando esta vez una altura de casi 700 metros desde la que expulsa a los seis CanSat que porta en su interior. Ahora toca comprobar si el diseño del paracaídas es apropiado, no debe caer ni muy deprisa (para no romper la carga en el contacto con tierra) ni muy despacio (para no ser arrastrado por posibles corrientes de aire) y que tengas que ir a buscarlo, vete a saber donde, o no lo encuentres jamás.

Afortunadamente LUMOSAT-1 descendió a buen ritmo y envió los datos de telemetría correctamente durante todo el descenso. Estos datos fueron recogidos por la estación de tierra y almacenados mientras tanto en el propio CanSat en una tarjeta microSD. Tras el análisis de los datos obtenidos preparan la información para ser explicada ante el jurado que tendrá que evaluar el proyecto. Esa suele ser la peor parte. Hablar ante un aforo de 80 desconocidas suele ser algo que impone a cualquiera y hace dificil defender tu trabajo por muy bien que lo hayas hecho. LUMOSAT-1 estuvo a la altura.

Todos coinciden en que ha sido una estupenda experiencia y como les ha quedado clavada una espinita, parece que quieren repetir el año que viene. 

Puedes ver el desarrollo de su trabajo en la web de LUMOSAT-1 haciendo click en la imagen siguiente:

 ¿Quieres ver como fue la experiencia?

Para poder llevar a cabo su trabajo, estos alumnos no solo han contado con el apoyo del IES Luis de Morales poniendo a su disposición tanto espacios como materiales, si no que además han contado con el patrocinio de algunas empresas de la localidad de Aliseda mostrando así su compromiso con la educación y la formación de los alumnos de nuestra comunidad educativa.

Desde aquí los integrantes de LUMOSAT-1 y el IES Luis de Morales agradecen la colaboración y generosidad de las siguientes empresas:

• Muebles ALFAGEME
• Supermercado COVIRAN
• Supermercado SPAR
• Regalos Sandra
• Peluquería ISA
• Talleres LEO
• Talleres Germán Moreno Clemente
• Carnicería Bachiller Santano